viernes, 12 de febrero de 2016

La lucha.

La relación que empecé me ha ayudado mucho a progresar. Lo mejor de todo, es cuando te nace el deseo de cambiar, superarte, mejorar, y no es de forma obligatoria o una imposición.

No creo que le pueda llamar a este proceso rehab, ya que nunca estuve internada, ni nada similar. Sin embargo, en estos meses, poco a poco he modificado mis hábitos y he tratado de trabajar en mi auto control, o más  bien, dirigirlo hacia un lado positivo.

Mi novia, estuvo para mi en cada uno de mis ataques de ansiedad, pánico, etc.  Solo estuvo. Nunca me prohibió o mostró disgusto por mis cortadas, mis pastillas o cuando no comía. Sin embargo, poco a poco, me demostró que yo era mas que eso, que yo podía hacerlo mejor.

Así, a pesar de que me costó muchísimo, y aún  me cuesta, dejé  de buscar cuchillas para cortarme cada vez que me sentía asfixiada o ansiosa. Tengo cicatrices,  algunas se borrarán  con el tiempo, mientras que otras probablemente nunca desaparezcan. Ahora, en este punto, cada vez que lo veo siento cierto tipo de dolor; no sé  por qué o por quién, pero supongo que es un poco de nostalgia y repulsión al mismo tiempo. Tan sólo llevo unos meses limpia, pero es el tiempo más  largo que he estado sin abrirme la piel después  de seis años  de auto lesionarme.

Con respecto a la comida, ya llevo meses sin ayunar, mentiría si dijera que no extraño  hacerlo de vez en cuando, pero sé  que no debo.  La comida es lo que más se me complica. A veces, me salto comidas tan solo porque ya no puedo. Pero esto provoca que otros días mi ansiedad y compulsión se alíen y causen un desastre. No, ya no me permito vomitar, aunque debo admitir que un par de veces he despertado llena de náuseas y sucede. No tengo equilibrio en la comida actualmente. Por ahora, tan solo me limitó limito  a intentar no saltarme comidas por ninguna razón.

En el tema de mi cuerpo, mi visión  de él. Eso es un tema más complicado. No estoy feliz con mi cuerpo, aunque sé que no estoy gorda. Peso 48 kilos, subí siete desde mi peso más bajo. Creo que simplemente es la costumbre del deseo y placer de ver y sentir mis huesos, de tener ese espacio entre mis piernas, de permitirme usar tallas pequeñas, de estar enferma. Me esforzado mucho por creer poco a poco, todo lo bonito que mi novia dice de mi cuerpo, algunas cosas las he aceptado, otras aún me cuestan. Trato de no hacer malos comentarios sobre mi, pero a veces sólo sale natural, y otra veces, los demás  son quienes hacen esos comentarios. Y aún así, aquí sigo. No es bonito,  no es fácil y no estoy curada, para nada, pero lucho día a día para convertirme en alguien sana.

Y así como lucho por todo esto, también sé  que ni los desórdenes ni las enfermedades mentales se curan. Todo esto seguirá conmigo para siempre; aún lloro sin motivo alguno, me paralizo cuando escucho algo feo sobre mi, me aterran ciertos lugares y personas, aún me rompo con facilidad y no sé  qué se irá por completo y qué se quedará conmigo, honestamente trato de no pensar en eso.

Pero mi pelea no se trata de curarme, más  bien, trato de aprender a lidiar con esto de una forma sana y correcta. Trato de mejorar. La pregunta es, ¿Lo estoy haciendo bien?

《En la foto pueden ver cómo  luzco con 48 kilos》

La explosión.

Cómo les conté, mi vida tuvo un gran impacto gracias al viaje que realicé a Argentina. No estuviera aquí si no hubiera decidió ir a aquel viaje.

Junio, 2015.
En el aeropuerto, mientras alistabamos todo para luego sólo esperar el vuelo de salida, me presentaron a aquella chica. Normalmente cuando me presentan a alguien sólo respondo con un "hola", sin miradas, sin sonrisas, solo un simple y seco "Hola", pero esa vez fue... diferente. En cuanto me la presentaron, alcé la mirada y no pude evitar sonreír a medias y sentir una pequeña  corriente al verla sonreír de vuelta y saludarme. Era extraño, aquel sentimiento, aquel interés por ella, porque desde ese bendito momento quise saber todo de ella aunque no esperaba conseguir nada.

A lo largo del viaje y gracias a que nos asígnaron la misma habitación, hablamos un poco. No quería emocionarme con ella, mucho menos intentar algo, yo no estaba para ese tipo de cosas. Sin embargo, no podía dejar de pensar en lo mucho que me gustaría entrar a su vida, conocerla. Y así, de repente, ella me besó una noche y todo en mi explotó. Las sensaciones y emociones que me provocaron ese beso son indescriptibles, justo en ese momento supe que me había jodido la vida; llevaba tan poco de conocerla, literalmente, y yo ya sentía todo por ella.

Pero, nada es perfecto, mucho menos yo. Así que una noche después de una botella de vino, que prácticamente me tomé  yo sola, mi cerebro colapsó. Tuve un ataque, empecé  a pelear con mi mejor amiga en frente de aquella chica; gritos, lágrimas,  pastillas y todo terminó en pequeñas  cortadas. Pensé que mi vida era una mierda, solo quería morir de una vez. ¿Por qué  esperar más  meses? Podía morir justo ahí y ser libre. Todo eso, se convirtió en irá, lo que me dejó sola en la habitación por un rato; y eso, se convirtió en una crisis de depresión, un ataque. Y aunque fui un asco y no me lo merecía, aquella chica se movió a mi cama y me sostuvo toda la madrugada mientras lloraba y decía cosas que no recuerdo claramente; creo que me lamenté por horas y horas y ella solo se quedó, me rodeo con sus brazos y me besó.

De vuelta a casa, me quedé  sin mejor amiga y no podía quejarme, me lo merecía. Me destrozó por meses el vacío de perderla, me hizo re analizar toda mi maldita vida y darme cuenta de lo jodia que estaba y a qué  punto había llegado.

Por otro lado, la noche del regreso me quitó  algo pero me dio otra cosa, la promesa de volver a ver a aquella chica, de conocerla, de tenerla en mi vida. Lo cual llevaba a un problema, ¿lo permitiría yo?

Sí, lo hice. Después de un mes sumamente difícil para mi mente, en el cual simultáneamente salía y estaba con ella todo el tiempo, todo tuvo un final feliz. Nos hicimos novias, y eso, solo era el inicio del proceso de mi cambio. El cuál, como ustedes se imaginarán ha sido realmente duro.

Un año.

Señoritas, me fui por un año y no porque quise abandonarlas, más  bien, fueron mis casi nulas ganas de existir que me llevaron a dejar muchas cosas a un lado.

Honestamente, los siguientes meses del 2015 (justo luego de la última entrada que publiqué ) fueron terribles. Mi ansiedad aumentó, mi depresión cada vez se volvía más  fuerte, a tal punto que me costaba levantarme de mi cama para ir a trabajar o para cualquier otra cosa. Dormía muy poco, no comía nada más que té y café  y una que otra barra energética cuando sentía que mi cuerpo ya no podía más; mis ojeras estaban más  marcadas, mis huesos también, cada día el tono de mi piel era más  pálido, era como un lindo cadáver. Yo había dejado de vivir hace mucho tiempo. Varios desmayos y visitas al doctor no hicieron nada para que yo pudiera pararme a mi mima, estaba tan cerca de morir y de una u otra forma, eso me llenaba de tranquilidad.

Aún así, fabrique un plan para suicidarme, del cual absolutamente nadie sabía; todo debía ser para Noviembre del 2015, así  me daba tiempo de renunciar al asco de trabajo que tenía, de al menos hacer feliz a mi familia terminando la universidad y aprovechar de uno que otro viaje, por supuesto me daba tiempo para despedirme a mi manera de las personas que me importaban; era un plan perfecto, y yo realmente está decidida a simplemente irme.

Pasaban los meses, renuncié a mi trabajo, conseguí otro para cubrir ciertos gastos; me gradué de la universidad y entré a la siguiente a uktima hora; me apunté  a un viaje a Argentina organizado por la antigua universidad. Todo estaba siguiendo su curso, pero esos 5 días  en Argentina sacudieron mi vida de una forma extrema.

Por ahora, lo resumiré en dos puntos:
●  Conocí a una chica, conocí al sol de mi vida.
●  Perdí casi por completo a mi mejor amiga por una estupidez y uno de mis ataques de depresión y ansiedad.

~

No sé si alguna de ustedes me leerá  o no, pero en este momento mi único objetivo es seguir escribiendo la historia aquí. Aún así,  me gustaría que así sea, tengo mucho que contar. Espero leerlas también, saber de sus vidas, saber que están  bien.

Pido disculpas por quienes me seguían en las diferentes redes sociales, pero tuve que eliminar mis cuentas porque una chica (prometo contarles luego) decidió intentar joderme la vida exponiendo mis cuentas a mi novia.

~

Las quiero,

Charlotte.